Regístrate | Conectar
El Tamiz Libros Recursos Series Únete 17 Users Online
Skip to content

La base simple de la economía – Modelos económicos




En la primera entrada de la serie establecimos algunos conceptos básicos; hoy continuaremos hablando acerca de los modelos económicos.

Antes de abordar el tema específico, veamos un problema sin solución hasta el momento.

Supongamos 2 conjuntos A y B de personas y que cada grupo posee una cantidad igual de dinero. La suma de dinero de ambos grupos será una equivalencia:

A=B

A+B = C

donde C representa el dinero total disponible repartido en partes iguales entre A y B. Esto representaría un estado de reposo económico, es decir, economía paralizada por falta de movimiento del dinero.

En efecto, si C no varía, para que el dinero circule deberá variar necesariamente el valor de A o de B. Una posibilidad sería:

(A+1)+(B-1)=C

Mediante este sencillo ejemplo, se ve que la condición para la circulación del dinero es desigualar los conjuntos si C no varía, restándole 1 a B para sumárselo a A.

Si repetimos la misma operación a la inversa, se regresará al equilibrio pero también al estado de reposo. Y obviamente la operación siguiente podría realizarse a favor de B y no de A.

Ahora es importante ver que la operación se puede generalizar hacia una tendencia probable. Supongamos que C = 100 y podremos expresar la probabilidad así:

(A+1)+(B-1)=100

(A+2)+(B-2)=100

(A+3)+(B-3) … (A+100)+(B-100)=100

En este supuesto, la totalidad del dinero habría circulado paulatinamente hacia A.

Supongamos ahora que C representa una cifra equivalente a la existencia mundial de dinero, en tanto que A y B incluyen empresas y que cada empresa tiene sus propios dueños, directores, empleados, etc. Todos ellos serían a su vez proveedores y consumidores en el mercado. No digamos que el razonamiento que vamos perfilando representaría un supuesto donde una parte de la población y las empresas quedarían paradas sin dinero, a favor de la otra parte, pero sí veamos que la tendencia es real.

Dando un paso más, se puede entender que aun en el supuesto de un conjunto B desprovisto de dinero, la circulación podría continuar avanzando de todos modos en la misma tendencia. O sea, si dividimos el conjunto A en subconjuntos A’ y A” la tendencia prosigue:

(A’+1)+(A”-1)=C

(A’+2)+(A’’-2)=C

………………………

hasta llegar a este otro resultado:

(A’+C)+(A”-C)=C

Sin dificultad se entiende que A’ puede ser también un conjunto subdivisible, con lo que la proyección continuaría pero no hasta el infinito.  No, porque la cantidad de personas (o empresas) en el mundo es limitada.  Pero podemos hacernos una pregunta un poco inquietante.

¿Existiría en la práctica algún “A” que llegaría a poseer el total del dinero existente en el mundo?

En teoría, si. Pero no en la práctica, pues tal supuesto caso volvería a representar un estado de reposo económico, o sea, la circulación del dinero se habría vuelto a paralizar. En tal extremo, el movimiento económico podrá restablecerse únicamente bajo la condición de que ese afortunado “A” pague algo y así mueva el dinero hacia otros que integran el grupo de los “A” o tal vez hacia el quizá olvidado grupo B.

Ahora bien, ¿cuál sería la medida exacta de la cantidad de dinero en circulación, para mantener lo que podríamos llamar una economía razonablemente equilibrada?

Este ha sido hasta ahora el gran rompecabezas no sólo de los planificadores de la economía sino también de los teóricos que llegaron a proponer diferentes modelos.

Hasta el momento no ha habido solución posible para dominar la tendencia que vimos recién y que es la base del modelo más persistente de toda la historia del comercio antiguo y moderno, o sea el capitalismo.

El origen del modelo capitalista.

Muchas críticas se han hecho al capitalismo, pero no porque sea un modelo exclusivamente contemporáneo. El capital se puede originar de una sola manera y es manteniendo en propiedad exclusiva una ganancia cualquiera, sea en dinero u objetos de valor. Puede ser heredado, pero en algún momento tuvo origen en alguna clase de negocio ganancioso.

Ya antes de la invención de la moneda, existían por el solo acto del trueque personas que hoy llamaríamos grandes magnates. Mucho antes de que la economía se convirtiese en una ciencia, el mundo ya se enfrentaba con un mecanismo de distribución de recursos materiales que involucra no sólo a las personas, sino incluso a grandes territorios habitados por millones de personas y debe funcionar necesariamente en base al desequilibrio.

Lo que resulta con frecuencia difícil de entender en todo ello, es que si bien a nivel de economías domésticas se puede manejar un equilibrio con cierto margen comprensible, no sucede lo mismo en el plano internacional. Veamos: ¿cuál sería la receta para que todos los países del mundo, sin excluir ninguno, tuvieran movimiento comercial favorable? Es decir, una receta para que sin excepción alguna todos los países obtuviesen ganancias por una mayor cantidad de exportaciones que importaciones. ¿Acaso hallar una respuesta solucionaría también todos los problemas del desarrollo humano?

No son preguntas capciosas. Desde las épocas remotas del trueque hasta las modernas teorías socialistas, el meollo de la cuestión parecería haber estado siempre alrededor del dualismo entre desarrollo humano y desarrollo económico.

Algunos estudios recientes han demostrado que existe una opción – para todos los países sin excluir ninguno – donde según se dé prioridad al desarrollo económico o al humano, el resultado puede ser un círculo virtuoso (avance acelerado hacia mayor desarrollo económico y humano a la vez) o bien un círculo vicioso donde luego de un desarrollo económico retrocede en el desarrollo humano y a continuación en el desarrollo económico.

Lo que los estudios demuestran es que los modelos exitosos se caracterizan por priorizar el desarrollo humano y no a la inversa.

A la inversa, se cae en el círculo vicioso de donde cada vez es más difícil salir, pues el desarrollo humano pide recursos en dinero y éste es escaso precisamente por falta de desarrollo económico; pero tampoco puede haber desarrollo económico si falta desarrollo humano.

¿Qué se entiende por desarrollo humano?

No es tan sólo un bienestar general de la sociedad. Implica desarrollar y aprovechar la capacidad física e intelectual de las personas. Pero preparar una sociedad para cumplir este objetivo tiene un costo. Parecería ser que ha habido países que administrando recursos disponibles mediante estrategias muy cuidadosas, lograron priorizar el desarrollo humano y entrar en el círculo virtuoso.

Sin embargo es evidente que este enfoque tampoco soluciona el problema de raíz, que es el desequilibrio intrínseco del sistema (siempre habrá así quien pague la cuenta de los exitosos, para que la economía se mantenga activa).

Kenichi Ohmae – citado en el link  http://www.monografias.com/trabajos47/mundo-sin-fronteras/mundo-sin-fronteras.shtml?news proponía una solución en el año 2000 y era llevar la globalización económica hasta sus últimas consecuencias. Sostenía que las fronteras deberían inevitablemente desaparecer y debería implantarse el libre comercio para todas las naciones del mundo sin excepción.

El libre comercio consiste en eliminar las trabas aduaneras al tránsito de productos en el mundo, apuntando así a un comercio global cuyos recursos financieros tampoco serían obstruidos por algunas normas de los bancos nacionales sino, al contrario, favorecidos por un sistema financiero también global.

Según Ohmae, ello en conjunto traerá un bienestar social y desarrollo humano a nivel planetario eliminando todas las desigualdades sociales. La tecnología actual, haría esto posible en corto plazo. El mundo funcionaría como si fuese un solo país.

Concepto clásico y moderno del capitalismo.

La “globalización” suele ser un concepto confuso aunque estamos habituados a oír hablar del tema. Se trata de una variante del modelo capitalista, aunque con características opuestas al concepto clásico del mismo modelo.

En el modelo clásico, el Estado puede desempeñar un papel regulador en la distribución de la riqueza. Puede buscar que los recursos naturales de un país sean explotados de forma tal que den trabajo a la mayor parte posible de la población, puede fijar impuestos que le permiten obtener recursos para financiar desde sueldos de empleados públicos hasta obras sociales y realizar construcciones de ingeniería y arquitectura, además de mantener centros de enseñanza y poseer empresas de suministros energéticos y telecomunicaciones, etc. Estas realizaciones hacen que el Estado vuelque el dinero recaudado, poniéndolo nuevamente en circulación, y a eso se le llama gasto público.

No obstante, hay que ver también que de esta forma el Estado se convierte en propietario de cierto capital bastante cuantioso integrado por empresas diversas que prestan servicios, además de tierras y edificios, máquinas, obras de ingeniería, etc.

El modelo  Liberal, por oposición,  le quita funciones al Estado para dárselas a las empresas privadas. Éstas asumen así en gran medida las funciones que el Estado tiene en el modelo clásico. Se convierten, en cierto modo, en las encargadas de financiar ellas mismas lo que era el gasto público. Este modelo en realidad no es moderno y se ha aplicado siempre que las funciones del Estado compitieron en demasía con la actividad privada, hasta el punto de hacer peligrar la economía de un país con excesos de burocracia, trámites pesados que dificultan el comercio y las exportaciones, entre otros inconvenientes como por ejemplo el abuso de impuestos sin otro fin que convertirse en la mayor de todas las fuentes de trabajo, manteniendo más funcionarios públicos que los necesarios. En estos extremos de hipertrofia del Estado, a veces se ha hablado de “un Estado demasiado gordo” o “paquidérmico”, que debe reformarse para que sea funcional, “ágil y puro nervio”.

El Neoliberalismo (o “nuevo liberalismo”) de fines del siglo XX, se caracteriza por aplicar el modelo liberal a nivel planetario en lugar de restringirlo a un determinado país. De ahí surge la idea de que para el capital no hay fronteras y el Estado no puede ni debe intervenir para poner obstáculos, cuando un inversor decide, por ejemplo, instalar una planta industrial cuya cabeza financiera puede estar al otro lado del mundo. La aplicación más fácilmente visible que tuvo este modelo, fue la implantación de los llamados “mercados comunes” que luego se convertirían en grandes bloques de naciones como la Unión Europea, el Nafta o el Mercosur. La consolidación de estos bloques implicó una ideología política y económica donde los países miembros del bloque no debían competir entre ellos sino desarrollar en conjunto las políticas económicas y el libre comercio. De este modo, si bien las fronteras nacionales permanecieron, el mundo asistió al nacimiento de un nuevo mapa político, el de las grandes fronteras de los bloques.

Con este paso se dio sin embargo otro, que en sus comienzos fue mucho menos evidente a los ojos del público. Los negocios financieros e industriales posibles entre los distintos bloques, permitieron que los capitales pudieran viajar alrededor del mundo sin mayores trabas, precisamente porque la propia legislación comunitaria (la que rige al grupo de naciones como una unidad) lo permite. La consecuencia más importante de esa libertad, es que las ganancias que obtienen los inversores pueden indistintamente permanecer en el lugar donde se ha realizado la inversión, o bien, viajar hacia otra parte del mundo para destinarla a nuevas inversiones y así en adelante.

El problema que esto parece estar trayendo, es que así como la entrada de dinero de un inversor a un país o región puede generar desarrollo económico y humano, la salida de las ganancias puede poner límites a esos mismos desarrollos. Y si fuese el caso de que los inversores se retirasen del país o la región considerando que no están obteniendo las ganancias que esperaban, la salida del capital producirá un estancamiento y aun el retroceso rápido de los mismos desarrollos. En consecuencia el desarrollo económico y el humano, cuando se piensa en toda la cantidad de dinero que circula en el mundo, quedaría a expensas de las decisiones de los inversores y de cómo les responda el mercado.

Los problemas del capitalismo a lo largo de la historia condujeron a teorías como la de Karl Marx, donde se elimina la plusvalía (o sea el valor agregado sobre el costo, para fijar el precio al comercializar cualquier objeto o servicio prestado). El inconveniente que ha tenido en la aplicación práctica alcanza aspectos filosóficos acerca del comportamiento humano. Se ha llegado a decir que la humanidad no está preparada para cambios tan profundos. En los aspectos materiales, la abolición de la propiedad privada termina dándole al Estado todas las potestades de propietario de los bienes y servicios y, como regulador del consumo, no ha podido superar lo que quizá sea el mayor de todos los problemas económicos desde que se inventó la moneda. Se trata de lo siguiente.

La existencia de dinero en un país cualquiera (y en el mundo por la suma de todos ellos) no equivale a la suma total de los negocios realizados durante un período de tiempo determinado.

Siempre “falta” dinero en alguna parte y el asunto es a quién le toca. Hasta ahora, ninguna teoría económica ha conseguido salvar ese escollo. La teoría de Marx, en particular, tampoco pudo y quizá por eso sus críticos dicen que en realidad distribuye la pobreza y no la riqueza.

Y así hemos llegado a una interrogante crucial para cualquier modelo moderno. ¿De cuánto dinero puede disponer el mundo en realidad?

Lo dejamos para la próxima entrada acerca de Las existencias de dinero en el mundo.

Por el momento la conclusión parecería ser que la balanza de la economía mundial deberá seguir oscilando, cualquiera sea la teoría que se aplique.


Sobre el autor:

Gustavo (Gustavo Britos Zunín)

Investigador en varias áreas del conocimiento, no se limita a su profesión de pianista y compositor. Los grandes temas del mundo moderno, y la ciencia en particular, son el foco permanente de sus intereses.
 

{ 9 } Comentarios

  1. Gravatar Brigo | 24/12/2008 at 03:38 | Permalink

    Bonito post, pero no veo que hables de la creación de riqueza, que debería ser la piedra angular de cualquier sistema económico y que generaría circulación de dinero sin crear “disminución de riqueza”.

  2. Gravatar aneolf | 25/12/2008 at 06:54 | Permalink

    Hola Gustavo.

    Gracias por tu post. Espero impaciente ver donde nos llevarás en próximas entradas. No obstante tengo que decirte que no puedo estar de acuerdo contigo respecto a lo de que:

    (A+3)+(B-3) … (A+100)+(B-100)=100 En este supuesto, la totalidad del dinero habría circulado paulatinamente hacia A.

    Puesto que en el mundo real, lejos de tener un saldo positivo, o como peor de los casos, un saldo cero, no me parece correcto. Probablemente estés de acuerdo conmigo en que el total del dinero existente en el mundo también lo componen los préstamos e hipotecas que las empresas y ciudadanos comunes tienen con los bancos y cajas, y en consecuencia, convendrás conmigo en que el saldo de B también puede llegar a ser negativo :’(

    http://es.youtube.com/watch?v=nHt2MJTqUOQ http://www.youtube.com/watch?v=bPfG67GUsbw&NR=1 http://www.youtube.com/watch?v=E5oj9xUANRo&NR=1 http://www.youtube.com/watch?v=3HMVbWduWt4&NR=1 http://www.youtube.com/watch?v=HDphoW0VjEo&NR=1

  3. Gravatar lucas | 26/12/2008 at 12:01 | Permalink

    Interesantísima serie, te felicito por tu trabajo Gustavo. Hablando de la plusvalía, recuerdo de un programa de televisión de filosofía, que se llama “Filosofía aquí y ahora”, en donde Pablo Feiman (reconocido filósofo argentino) explone de manera entretenida y amena los conceptos de filósofos como Hegel, Kant, Heidegger, Marx, Nietzche, entre otros.

    Aquí les dejo un link, pero recomiendo que investiguen en más videos de este programa, que es muy recomendable, http://es.youtube.com/watch?v=LPnTNjpmImo

    Saludos

  4. Gravatar Gustavo | 27/12/2008 at 04:18 | Permalink

    Brigo, tu acotación es tan interesante que casi tengo miedo de extenderme demasiado. El concepto mercantilista del siglo XVIII definía la riqueza midiendo cuanto podía ganar una persona, o una empresa, acumulando bienes materiales adquiridos con dinero, o bien (el mismo concepto) cuánto podía exportar un país en relación a las importaciones y de esta manera la riqueza se acumulaba en oro u otros metales valiosos. Si bien este concepto clásico no ha perdido total vigencia, hoy en economía se entienden tantas cosas por riqueza que la lista es enorme. Hasta las deudas son riqueza para los acreedores. Todo ello en conjunto significa circulación de dinero. Pero la circulación se paraliza cuando se detiene la producción porque ésta, a su vez, se fundamenta en una definición más amplia de la riqueza: es todo recurso susceptible de ser explotado para generar el comercio. La riqueza vista así, no se genera ni aumenta o disminuye, pero el movimiento de dinero no siempre es proporcional. Si fuese de otra manera, no existirían países enormemente ricos con poquísimo movimiento de dinero. Muchas veces se dice que son “países pobres” y es porque persiste el concepto del siglo XVIII. La riqueza es una cosa, el mercantilismo es otro concepto.

    Aneolf, estoy de acuerdo contigo, el saldo de B puede llegar a ser negativo. Y ese es precisamente el problema que en parte yo quería que la lectura del post llevase a deducir. Imagina ahora lo siguiente. Si en un momento dado las existencias de dinero no fuesen suficientes para financiar el saldo negativo (deudor) de B, sea por hipotecas, préstamos o lo que fuese, la tendencia sería al colapso de la economía. Pero por qué sería así, es el tema de las 2 próximas entradas que ya están redactadas y pendientes de publicación.

    Lucas, gracias por las felicitaciones y creo que te va a interesar el contenido de mi entrada N°4 (todavía para publicar). El caso de la economía en Argentina es resultado de – diría quizá Feiman – el “pensamiento argentino” y yo agregaría que de cada país latinoamericano. Hace un par de años estudié lo que podríamos llamar “la baja autoestima en el desarrollo humano y económico” en el sur y llegué a conclusiones bastante espantosas que se salen del contexto didáctico que quiero darle a estos posts. De todos modos, y sin perder la objetividad, creo que la economía es inseparable del pensamiento humano, desde que el humano inventó el dinero y lo usa todos los días de su vida.

    Quedo muy agradecido a todos por los comentarios y espero seguir colmando las expectativas! Un saludo.

  5. Gravatar Macluskey | 27/12/2008 at 09:22 | Permalink

    Muy buena serie, Gustavo. Muy buena.

    Intentar explicar los fundamentos económicos es un empeño realmente difícil. Con razón se dice que “Un economista es aquél que mañana te explicará por qué hoy no ocurrió lo que predijo ayer…”.

    La Economía no es estática, cambia a cada minuto. Las personas inventan cada día, buscan los agujeros del sistema, se escapan por las rendijas, buscan cada vez hacer más y más dinero… que además no se sabe lo que vale intrínsecamente (como supongo explicarás en próximas entradas, así que no sigo por ahí).

    Y en cuanto a la cantidad de dinero… no sólo no es estable, es que no es ni siquiera conocida. Hoy en día, como sabrás, sólo la suma de los saldos de los futuros sobre los diferentes índices es más de diez veces la suma del PIB mundial… lo que no tiene ninguna justificación posible. Si se requirieran de golpe esos saldos, ni vendiendo el mundo a algún extraterrestre bien intencionado podríamos pagarlo…

    Insisto, muy buenos posts, y mejor reservo mis comentarios para posts sucesivos, que seguro que son interesantísimos.

    Saludos

  6. Gravatar Gustavo | 29/12/2008 at 01:04 | Permalink

    Buenísima la sátira de lo que es un economista, Macluskey. Quién pudiera tener el periódico del martes para poder decir el lunes lo que sucederá al día siguiente. Y por algo será que los científicos buscan con tanto ahínco si hay vida extraterrestre!! Saludos y gracias por tu valoración de mi trabajo. Espero tus futuros comentarios.

  7. Gravatar Venger | 01/02/2012 at 05:44 | Permalink

    Pues yo escuché en un programa de Redes, que hablaban de China y decían precisamente eso:

    1- Que en todos los países desarrollados del mundo, primero se desarrolló la economía, la tecnología, la sanidad y entonces es cuando vino el desarrollo humano: la educación y la disciplina.

    2-En China por el contrario, a costa de la vida de millones de personas que no han accedido a recursos higiénicos y sanitarios, primero se ha llevado a cabo el desarrollo humano: educación y disciplina. Y ahora es cuando se está desarrollando económicamente y esos recursos están llegando a personas completamente educadas y disciplinadas.

    Y así es como tnemos el despertar del gran dragón chino

  8. Gravatar Gustavo | 07/03/2012 at 08:45 | Permalink

    @Venger:

    En mi opinión, el gran dragón chino lo despertamos todos nosotros, los habitantes del resto del mundo. Cada país, cada persona, se vio tentada por LOS PRECIOS de los productos que China podía fabricar, lógicamente, a expensas de la explotación de su propio pueblo incluyendo la explotación infantil. Nosotros, que no admitimos esas políticas, no podemos bajar los costos de producción hasta poder competir con los chinos. Pero los chinos son millones… forman el pueblo más numeroso del mundo, son, entonces… un GRAN MERCADO y hay que tratar de entrar en ese mercado. Consecuencia: China dijo: -Muy bien, queremos comprar, pero a condición de que ustedes nos compren productos también!

    Y se cerró el círculo. Por todas partes comenzó a quedar mercadería sin vender, porque la gente prefería comprar mucho más barato. El sistema financiero global, observando el déficit monstruoso que ese hecho iba causando, no se puso del lado de los chinos porque decidió hacer algo mejor: ofrecer préstamos a raudales para sacar de la quiebra y el desempleo a millones de personas. De a poco se fue apretando el nudo de la horca, y hoy hasta las economías de los países desarrollados están en crisis.

    Mientras tanto, los países “emergentes” no terminan nunca de emerger, porque en realidad sus economías no mejoraron, sino que empeoraron las que eran más fuertes. Y seguirán sin emerger, porque el dragón chino hace estragos ahí también. Justamente en economías poco desarrolladas, es donde hay mayor demanda de productos baratos.

    Lamento no haber podido escuchar ese programa de Redes (excelente serie, dicho sea de paso), pero aunque no dudo que sea cierto que en China haya – y haya habido de antes – un desarrollo humano (después de todo es una civilización milenaria), no es creíble que tal beneficio alcance a los explotados sino, más bien, a los explotadores. Un tema como este, que toca las raíces de muchas ideologías políticas que en 2012 dan la impresión de que ya no sirven, ni a diestra ni a siniestra, todo parece indicar que si no se adoptan políticas de moderación, habrá que ir pensando en un derrumbe paulatino e ignoramos, ignoramos totalmente, cuál será la estructura económica que vendrá después de esta.

  9. Gravatar Juan Carlos | 08/03/2012 at 03:13 | Permalink

    Y no olvidar a la India… ya andan por los mil doscientos millones… Casi tanto como el dragón chino: http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_population

    Saludos

{ 1 } Trackback

  1. Gravatar meneame.net | 26/12/2008 at 09:03 | Permalink

    La base simple de la economía – Modelos económicos…

    [c&p] "Ya antes de la invención de la moneda, existían por el solo acto del trueque personas que hoy llamaríamos grandes magnates. Mucho antes de que la economía se convirtiese en una ciencia, el mundo ya se enfrentaba con un mecanismo de dist…

Escribe un comentario

Tu dirección de correo no es mostrada. Los campos requeridos están marcados *

Al escribir un comentario aquí nos otorgas el permiso irrevocable de reproducir tus palabras y tu nombre/sitio web como atribución.